El verano de 1965 Carolina y los valientes cantaron con los Beatles en Madrid y en Barcelona, el país entero conocía sus canciones y el resto del mundo estaba dispuesto a enamorarse de ellos, pero en 1966 desaparecieron de los escenarios y nadie ha vuelto a saber de ellos.
Esta es la historia de un chico y de una chica que se conocieron en Benicàssim una noche de 1963 y se atrevieron a defender sus sueños: ella, Carolina podía ir donde quisiera, conseguir lo que desease y llegar tan lejos como su inteligencia, su personalidad y su talento la llevasen. Él, Luís, estaba atrapado en un país donde tener ideas podía acabar con todo. Pero se conocieron y no quisieron rendirse.
También es la historia de un grupo de amigos, Carolina, Luís, Jaime, Tomás, Mateo, Inés, Hugo que se quisieron por encima de todo, que estuvieron siempre los unos al lado de los otros y que juntos hicieron lo imposible: tener esperanza y luchar por lo que era correcto, aunque eso significase perderse.
Y es la historia de una chica, de Cata, que las navidades del 2017 decide descubrir la verdad sobre su familia, y la de un periodista, Miguel, que ya no cree en nada hasta que una vieja canción de Carolina y los valientes le recuerda que hay ideas por las que vale la pena vivir, respirar y amar. Ahora y siempre. Porque tal vez el único modo de entender el presente es recuperando nuestro pasado.
Tras la peor noche de su vida Vera Gillis deberá asumir las consecuencias de sus malas decisiones e irse de la cosmopolita Universidad de Fordham (Nueva York) al último rincón perdido de Alabama. Acogida por un viejo matrimonio sureño piensa que contará los días de condena aburrida en un porche blanco bebiendo té dulce y mirando el horizonte más allá de las plantaciones de soja, pero los entrometidos habitantes de Abbeville tienen otros planes para ella y con su particular estilo dirigirán sus pasos hacia el chico de la Standard Oil.
Todos en el pueblo conocen a Ben Helms, de una u otra forma todos le deben algo o lo han necesitado alguna vez. Saben que está metido dentro de un laberinto de números y que no encuentra la salida. El mundo siempre ha ido demasiado lento para su mente maravillosa y la vida lo mantiene atrapado en el mismo lugar de tal manera que solo es capaz de escapar cuando mira al cielo.
La probabilidad de que los dispares mundos de Vera y Ben colisionaran era baja y la posibilidad de que sus respectivos planes se complicaran al enamorarse era elevada. Sin embargo, él se verá atraído por lo ilógico y ella volverá a arriesgarlo todo una vez más, incluso su corazón.
Al fin y al cabo, dos estrellas diferentes pueden pertenecer a una misma constelación.
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