Autor:
Judy Blume
Editorial:
Océano
Sello:
GranTravesía
ISBN: 9786075571089
Año:
2020
Páginas: 264
|
Margaret es una adolescente de once años cuyos
padres se acaban de mudar a un pequeño poblado de Nueva Jersey. Y como en cualquier cambio, la adaptación a su nueva vida no es
sencilla. No sólo es llegar a otra escuela y hacerse de amigos nuevos, Margaret tiene que lidiar con
su etapa adolescente, donde son varios los cambios que resiente en su cuerpo y
en sus emociones. También busca tener una orientación religiosa pues siendo su madre es
cristiana y su padre judío, nadie le explicado nada acerca de dichas creencias.
No sabe que significa profesar una fe y, a pesar de ello, mantiene un diario
donde habla con Dios.
Como buena adolescente muchos de sus cuestionamientos a Dios giran en torno al crecimiento físico y emocional propio de su edad: las amigas, la menstruación, el primer beso, la religión, el despertar sexual y el significado de empezar a usar sostén. Margaret no es la única que tiene estas inquietudes. Muy pronto se hará de varias amigas: Nancy, Gretchen y Janie con las que formara un club secreto y compartirán sus experiencias y dudas en torno a estos temas.
Margaret, por su cuenta quiere seguir indagando sobre la religión y por suerte para ella, uno de sus maestros le asigna un proyecto de investigación de un año de duración. Margaret decide estudiar sobre las creencias religiosas y comienza a asistir a reuniones de distintas Iglesias para descubrir cuál resulta más significativa para ella.
Así entre dudas existenciales y amorosas, Margaret narra cómo es la adolescencia de una chica. La novela describe esa etapa de la vida en la que una joven compra sus primeras toallas femeninas o desea que el busto le crezca más rápido, siente ganas o tiene temor del primer beso y cómo son los celos amorosos y la amistad entre adolescentes. Finalmente, Margaret se reconcilia con su Dios. Había dejado de hablarle en un acto de protesta, pero decide continuar su diálogo íntimo con él sin tener una afiliación religiosa.
Como buena adolescente muchos de sus cuestionamientos a Dios giran en torno al crecimiento físico y emocional propio de su edad: las amigas, la menstruación, el primer beso, la religión, el despertar sexual y el significado de empezar a usar sostén. Margaret no es la única que tiene estas inquietudes. Muy pronto se hará de varias amigas: Nancy, Gretchen y Janie con las que formara un club secreto y compartirán sus experiencias y dudas en torno a estos temas.
Margaret, por su cuenta quiere seguir indagando sobre la religión y por suerte para ella, uno de sus maestros le asigna un proyecto de investigación de un año de duración. Margaret decide estudiar sobre las creencias religiosas y comienza a asistir a reuniones de distintas Iglesias para descubrir cuál resulta más significativa para ella.
Así entre dudas existenciales y amorosas, Margaret narra cómo es la adolescencia de una chica. La novela describe esa etapa de la vida en la que una joven compra sus primeras toallas femeninas o desea que el busto le crezca más rápido, siente ganas o tiene temor del primer beso y cómo son los celos amorosos y la amistad entre adolescentes. Finalmente, Margaret se reconcilia con su Dios. Había dejado de hablarle en un acto de protesta, pero decide continuar su diálogo íntimo con él sin tener una afiliación religiosa.
Margaret tiene once años y está por comenzar el sexto grado, le
gusta pasar el tiempo con su abuela y llevar el cabello largo.
Pero para ella este último año será
muy diferente, acaba de mudarse de New York a un pueblito en Nueva
Jersey y tendrá que experimentar y enfrentar todos esos cambios físicos
y emocionales típicos de una chica de su edad, como lo es el desarrollo de su
cuerpo, el interés por los chicos, la frustración, los rumores, la
menstruación, las nuevas amistades y la elección de sus creencias.
Y es que Margaret es diferente a
otros chicos, ella no pertenece a ninguna religión y a pesar de que desea
sentirse parte de “algo” que la defina y la acerque más a Dios, hasta el
momento ha tenido una relación muy especial con él.
Antes de escribir mi opinión
sobre esta pequeña joya, quiero aclarar a los nuevos lectores que ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret es
un texto de 1970 y aunque a mí me parece una historia totalmente atemporal, es
claro que el contexto social es muy diferente a lo que encontramos en un libro Middle Grade en la actualidad.
Aclarado esto, comenzaré diciendo
que este es un libro que me hubiese encantado leer a los once – doce años, y es
que me parece que es como un abrazo reconfortante para las niñas de esta edad,
en esos momentos en donde estas descubriéndote y reafirmando aquello en lo que
deseas convertirte cuando seas mayor.
A pesar de que en el 2020
pareciera que tus creencias religiosas ya no son un tema importante, es increíble
que este aun continúe siendo un tabú para
muchas personas.
Lo que me encanto del libro es
que Judy Blume logro que todos esos
temas sean abordados de manera “normal”, inocente, sin herir susceptibilidades,
sin fanatismo y de una manera muy autentica.
Todos los personajes resultan muy
humanos y sin estereotipos.
¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret es una perfecta y
encantadora historia para las niñas de casa.
¡Simplemente hermoso!
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